Se implanta un sistema que descuida el fomento de la excelencia y del esfuerzo

En la nueva ley de educación  puede afirmarse que el colectivo más damnificado es el conjunto de los jóvenes, que serán los trabajadores del futuro. Resulta inaudito que se haya olvidado la experiencia de la Logse y vuelva a implantarse un sistema que descuida el fomento de la excelencia y del esfuerzo en aspectos tan básicos como la evaluación del conocimiento de los alumnos, dando primacía a baremos subjetivos. La minusvaloración del mérito imposibilita que aflore el talento y la capacitación que decidirá el futuro de los jóvenes.

Una deficiente formación constituye un problema en todo tiempo pero sus consecuencias, en términos de paro juvenil, se antojan incalculables en una economía abocada a una revolución tecnológica sin precedentes. Hay que tener muy en cuenta que al final el desarrollo de las capacidades del niño/a más allá de “estamos aquí porque hemos venido”, deberá de venir en inversiones en  centros que ayuden a desarrollar la capacidad de mi hijo/a  en aprendizajes y experiencias  que la escuela Pública ni de cerca podrá. Nos vamos a  desarrollar élites con capacidad económica que puede diferenciar a mi hijo/a del resto. El futuro esta aquí y estar preparado hace que el niño/a se desarrolle en futuras necesidades de las empresas, no en ideologías políticas que nos hace cada vez un país más atrasado con respecto a Europa y el mundo